LAS OTRAS SEÑORITAS DE AVIÑÓN

30/07/2020

Cuando se visita el recién estrenado recorrido museográfico del Museo Picasso Málaga, muchos se quedan pensativos al encontrarse frente a sí con Las Señoritas de Aviñón.

Al acercarse, constatan en primer lugar que no se trata de un lienzo, sino de un tapiz, y a continuación, cuando intrigados leen la cartela, descubren que fue realizado por Jacqueline de la Baume-Dürrbach y no por Pablo Picasso. Entonces… ¿qué historia oculta este entramado de hilos de lanas de colores que por un momento nos ha hecho imaginar que estamos en el Museo de Arte Moderno de Nueva York? ¿Qué hacen estas otras señoritas de Aviñón en el Museo Picasso Málaga?

Desde el mes de junio, el Museo Picasso Málaga se muestra renovado gracias a la nueva distribución de las obras en el renacentista Palacio de Buenavista que, situado en el corazón de Málaga, alberga la colección del museo. Periódicamente, la renovación del diálogo de las obras en la colección con las nuevas obras de Pablo Picasso pertenecientes a la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso para el Arte (FABA), posibilitan el redescubrimiento de la magnitud artística de Picasso gracias a una narración expositiva que comienza por los años de formación y transcurre por los periodos más representativos.

Estas otras señoritas de Aviñón forman parte de la nueva metamorfosis del Museo Picasso Málaga y muestran sus encantos desde un enorme tapiz de lana de casi tres metros de altura por más de dos y medio de ancho. Estamos ante el resultado de una colaboración entre Picasso y la tejedora Jacqueline Dürrbach, que tenía un estudio en Cavalaire, en la costa mediterránea francesa. Su marca registrada, una A dentro de una C, es visible en la parte inferior izquierda del tapiz, justo debajo de la “firma” de Picasso, tejida en letras mayúsculas.

El compromiso de Pablo Picasso con la tapicería como expresión artística se remonta a 1928, cuando creó un Minotauro para la influyente modista y coleccionista Marie Cuttoli, quien introdujo el tapiz en el siglo XX persuadiendo a los artistas de vanguardia para que hicieran diseños para este medio tradicional. El movimiento moderno de tapices alentó la idea de que los tejedores deberían traducir las pinturas al lenguaje de los textiles, utilizando formas simplificadas y una selección limitada de colores. En 1951, Picasso conoció el trabajo de Jacqueline Dürrbach en este nuevo medio, y los dos artistas pronto comenzaron a colaborar. Dürrbach recreó por primera vez al pequeño Pierrot y al Arlequín de Picasso de 1920 (National Gallery of Art, Washington, DC) y luego se embarcó en un proyecto mucho más ambicioso: crear una versión de tapiz de la obra maestra Guernica de 1937. El mecenas y estadista estadounidense Nelson Rockefeller compró un ejemplar de este reinventado Guernica, que luego fue donado a las Naciones Unidas, donde se muestra desde entonces como un recordatorio de los horrores de la guerra.

El tapiz Demoiselles d’Avignon de 1958 fue la siguiente colaboración entre los dos artistas. Picasso autorizó a Dürrbach a alejarse aún más del lenguaje pictórico del lienzo de 1907. La tejedora reemplazó los colores mezclados del original con transiciones nítidas entre parches de color de bordes duros, creando un equivalente al pincel dinámico de Picasso tomando prestadas las marcas de sombreado agresivas en las caras de las dos figuras a la derecha y distribuyéndolas por la composición. Se podría argumentar que, en términos de técnica, el tapiz es más “moderno” que el original. Encantado con el resultado, Picasso lo colgó en el estudio de su villa La Californie. En una conversación con Brassaï, Picasso dijo que "mis invitados piensan que es horrible y hablan de sacrilegio. No pueden ver mis colores en él, pero eso es precisamente lo que me atrae ". De hecho, según el historiador John Richardson, Picasso les decía a los visitantes que la versión tejida de su famosa pintura era “mucho mejor que la original”.

Varias fotografías del Fondo Fotográfico Roberto Otero, adquirido por el Museo Picasso Málaga en el año 2005, muestran a Picasso con el tapiz, que cuelga junto a una de las puertas de La Californie. Hay otra también en la que se ve al matrimonio Dürrbach y a Rafael Alberti observando a Picasso mientras consulta un libro. Roberto Otero, fotógrafo y amigo de Picasso, recuerda en sus memorias que el tapiz “parece llenar todo el ambiente” y que le pidió a Picasso que posara al pie de estas otras señoritas de Aviñón para una fotografía: “Saldrá solamente tu cabeza en un rincón”, le dijo al notar que de otro modo no entraban las chicas. “Como si fuera una firma”, respondió Picasso sin pestañear.

Revolucionario, guía de la vanguardia y viejo mago.

Esta versión de Demoiselles d’Avignon es la única obra inspirada, en lugar de producida, por Pablo Picasso, de las ciento veinte obras que actualmente se exponen bajo el título de Diálogos con Picasso. Colección 2020-2023 en el Museo Picasso Málaga. Se trata de una innovadora disposición escenográfica fruto del trabajo conjunto de los profesionales del Museo Picasso Málaga y de la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso para el Arte (FABA), con la colaboración del profesor del departamento de Arte de la Universidad de Nueva York, Pepe Karmel, invitado como comisario asociado. En su argumento curatorial, el profesor Karmel, agrupa las diferentes secciones que componen el nuevo discurso picassiano de este museo a modo de tres etapas diferenciadas entre sí. El revolucionario abarca la formación del artista que, nacido en la ciudad de Málaga en 1881, habría de cambiar el curso del arte en el siglo XX: sus inicios académicos, su etapa de juventud en Barcelona, su establecimiento en París, la evolución de la época azul a la época rosa y el nacimiento del cubismo. Ya como El guía de la vanguardia, el recorrido por el Museo Picasso Málaga nos lleva hasta mediados de los años veinte, cuando frecuenta la alta sociedad en compañía de su mujer Olga Khokhlova y empieza a conocer el éxito con innovador irrefrenable y líder indiscutible de la vanguardia. Seguimos por periodos en los que con la misma maestría alterna diferentes estilos que registran las convulsiones políticas y sociales de una época. Para llegar hasta El viejo mago, tras la liberación de París en 1944, cuando goza de una celebridad jamás conocida por otro artista, tornándose más audaz en cada nueva década hasta su fallecimiento en 1973.

Bernard Ruiz-Picasso, nieto del artista, responsable también de este nuevo montaje como comisario, co-presidente de Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso para el Arte (FABA) y presidente del Consejo Ejecutivo del Museo Picasso Málaga, está convencido de que Diálogos con Picasso. Colección 2020-2023 permite al visitante percibir a Picasso desde una nueva perspectiva, estableciendo nexos entre los diferentes periodos de creación y señalando los temas recurrentes en su obra.

Por su parte José Lebrero Stals, director del Museo Picasso Málaga reseña en la publicación que sobre esta colección pronto verá la luz, que cuando los museos ejercen su misión como custodios del patrimonio que tutelan, se reafirman como oportunos lugares de la cultura con capacidad para estimular la memoria.

Exposición relacionada

Diálogos con Picasso

Colección 2020-2023